Fuente: BID
El gasto público en América Latina y el Caribe aumentó en promedio 7 puntos porcentuales durante los últimos 20 años.
Este incremento no se refleja en el capital físico y humano de calidad o en beneficios sociales duraderos.
La realidad enfrenta al problema de la sostenibilidad fiscal y el crecimiento lento.
Dado que es probable que los presupuestos públicos de todos los países de América Latina y el Caribe sigan ajustados durante algún tiempo y se acrecienten las preocupaciones de los ciudadanos por las cargas fiscales, sumado a la volatilidad económica internacional, se ha presionado a los gobiernos para que mejoren la relación calidad y precio de los servicios públicos.
¿Cómo llevar a cabo ese desafío?
Existen dos alternativas:
1. Subir los impuestos o recortar el gasto.
2. Gastar mejor cambiando de un gasto ineficiente a un gasto eficiente que contribuya al crecimiento sin agudizar la desigualdad.
Ajustar el gasto del gobierno puede ser un proceso doloroso; sin embargo, identificar las eficiencias en el gasto público puede contribuir a reducir la carga.
Este proceso se conoce con el nombre de gasto “inteligente”.
Dato
Si bien en 2016 la cantidad de bienes y servicios producidos anualmente en los 26 países de la región excedió los US$5,3 billones, el gasto público superó los US$1,9 billones (cifra cercana al PBI de Brasil).
Fuente: Gasto para Mejores vidas. Alejandro Izquierdo y Carola Pessino
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