La Unión Europea (UE) propuso introducir un mecanismo de ajuste en frontera del carbono (CBAM), una forma de fijación de precios del carbono sobre las importaciones, como parte del Pacto Verde Europeo. El fundamento de la iniciativa es evitar que los esfuerzos de la UE para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) se vean socavados por la falta de controles ecológicos en países no pertenecientes a la Comunidad debido a la llamada «fuga de carbono». El objetivo es impedir que las políticas climáticas más estrictas en una jurisdicción conduzcan a un aumento de las emisiones de GEI en otras jurisdicciones.
La fuga de carbono puede ocurrir cuando las industrias se trasladan o pierden participación de mercado en el país o en el extranjero como resultado de la disminución de competitividad debido al aumento de los precios del carbono, o bien porque las nuevas inversiones optan por ir a otros lugares. Actualmente, los bienes importados representan aproximadamente el 20% del GEI global de la UE, y las emisiones de GEI integradas en las importaciones han aumentado constantemente.
Expectativas de la UE
A principios de 2021, el Parlamento Europeo adoptó una resolución (P9_TA (2021) 0071), con 444 votos a favor, 70 en contra y 181 abstenciones, señalando las preferencias en un sistema de carbono de la UE compatible con la Organización Mundial del Comercio (OMC). Está basada en el informe de una iniciativa de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo titulado «Hacia un mecanismo de ajuste de las fronteras de carbono de la UE compatible con la OMC «, adoptado el 5 de febrero de 2021. La resolución reitera la necesidad de aumentar la protección climática al tiempo que se evita la fuga de carbono y se garantiza la igualdad de condiciones entre los importadores y los productores europeos nacionales.
En una declaración posterior a la votación, Yannick Jadot, miembro del Parlamento Europeo (MEP), en representación de Verdes / Alianza Libre Europea (EFA), destacó el CBAM como una oportunidad para “reconciliar el clima, la industria, el empleo, la resiliencia y la soberanía.» Y agregó: “Debemos dejar de ser ingenuos e imponer el mismo precio del carbono a los productos, ya sean producidos dentro o fuera de la UE, para garantizar que los sectores más contaminantes también participen en la lucha contra el cambio climático e innoven hacia el carbono cero”.
En la resolución, los eurodiputados destacan que “el comercio puede ser una herramienta importante para promover el desarrollo sostenible y ayudar a combatir el cambio climático”, y la UE puede actuar como referente de emisión limitada de carbono, considerando que su mercado de consumidores es el segundo más grande del mundo.
Los eurodiputados también enfatizan que el CBAM debe ser compatible con las reglas de la OMC y los acuerdos de libre comercio (TLC), y «estar diseñado exclusivamente para promover los objetivos climáticos y no ser utilizado indebidamente como una herramienta para mejorar el proteccionismo, la discriminación injustificable o las restricciones». El cumplimiento de las normas de la OMC incluye un trato similar para los importadores y los productores nacionales.
Además, proponen que el ajuste en frontera de carbono se aplique de modo similar al actual sistema comercial de emisiones de la UE (ETS) mediante el establecimiento de derechos de importación para las importaciones independientes del régimen de comercio de la UE (RCDE UE) , que se establecerán sobre la base de un valor del carbono que refleje el precio de la UE. La cobertura sectorial, afirman, debería ser la misma que la del RCDE UE, comenzando con la generación de electricidad y las industrias intensivas en energía como el cemento, el acero, el aluminio, las refinerías de petróleo, el papel, el vidrio, los productos químicos y la producción de fertilizantes. Según el texto de la resolución, el CBAM debería apuntar a productores extranjeros de países con políticas climáticas menos rigurosas que en la UE.
La resolución es una “iniciativa propia” del Parlamento Europeo, que refleja su clara posición y representa una forma de influir en la próxima propuesta de la Comisión Europea iniciando debates sobre los posibles elementos de diseño del CBAM. Se espera que la Comisión publique la propuesta legislativa sobre el CBAM en la segunda mitad de 2021. Esto pondrá en marcha el proceso de aprobación negociada por el Consejo Europeo, el Parlamento Europeo y la Comisión. También se llevarán a cabo consultas externas. Como resultado, el CBAM introduciría nuevas medidas de reducción de emisiones de CO2 de forma transitoria en 2023 y las finalizaría antes de 2026.
Algunas reacciones
Mientras se desarrolla el diseño específico de esa medida climática de vanguardia de la UE, (CBAM), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) expresó su preocupación.
En un reciente informe, la UNCTAD muestra las posibles consecuencias del CBAM en el comercio internacional, las emisiones de dióxido de carbono (CO2), la incidencia en los ingresos y el empleo de los países dentro y fuera de la Unión Europea, con especial atención a los países en desarrollo y vulnerables.
Según los escenarios posibles, el informe indica que el mecanismo del CBAM implicaría para Argentina una pérdida de ingresos de entre 141,04 y 75,49 millones de dólares. También conllevaría desde un alza de 0,44% hasta una baja de 2,35% en sus exportaciones de productos intensivos en energía.
El informe manifiesta que si bien el CBAM sería eficaz para reducir las fugas de carbono, su valor para mitigar el cambio climático es limitado, ya que el mecanismo reduciría solo 0.1% de las emisiones globales de CO2. Por otro lado, al tratarse de un mecanismo que busca evitar la fuga de producción y emisiones de CO2 a los socios comerciales de la Unión Europea con objetivos de emisiones menos estrictos, hasta ahora no está claro cómo puede apoyar la descarbonización en los países en desarrollo.
«La reducción efectiva de estas emisiones requerirá procesos de producción y transporte más eficientes», dice el informe.
El reporte expone que varios de los socios comerciales de la UE que exportan bienes en sectores intensivos en carbono han expresado su preocupación de que el CBAM reduzca sustancialmente sus exportaciones.
Las ventas de los países en desarrollo en los sectores intensivos en carbono se reducirían 1.4% si el CBAM se implementa con un precio de 44 dólares por tonelada de emisiones de CO2 incorporadas, y en 2.4% si se implementa con un precio de 88 dólares por tonelada, según el informe. Se aclara que esos efectos variarán significativamente de un país a otro, dependiendo de su estructura de exportación y la intensidad de la producción de carbono.
Sin embargo, los países desarrollados, como grupo, en ambos escenarios, no sufrirían caídas de las exportaciones, ya que muchos tienden a emplear métodos de producción que son menos intensivos en carbono que muchos países en desarrollo.
Con un CBAM basado en un precio del carbono de 44 dólares por tonelada, los ingresos de los países desarrollados aumentarían en 2.500 millones de dólares, mientras que los de las naciones en desarrollo caerían en 5.900 millones, según el análisis de la UNCTAD.
Sin embargo, los países desarrollados experimentarían una mayor pérdida de bienestar, de 51.000 millones de dólares, por la introducción inicial de un precio del carbono de $44 dólares por tonelada, impulsada por las pérdidas en la UE, mientras que los países en desarrollo ganarían 1.000 millones de dólares por la ausencia del CBAM.
Los efectos sobre el empleo y los salarios son pequeños en la gran mayoría de las economías, muy por debajo del 0,1 por ciento.
Respecto de las consecuencias para la economía de la UE, el informe considera que el aumento de los precios del carbono reduciría considerablemente las emisiones de carbono en la UE, pero las exportaciones del principal bloque comercial del mundo disminuirían.
Un CBAM basado en un precio del carbono de 44 dólares por tonelada de emisiones de CO2 capturadas reduciría la fuga de carbono procedente de la aplicación de políticas climáticas en la UE a más de la mitad, del 13,3% al 5,2%. Pero el mecanismo no compensaría totalmente los efectos negativos producidos por el impuesto sobre el carbono en la economía de la UE.
“El impacto en la mitigación del cambio climático es limitado”, señaló el informe.
En particular, la Secretaria General Interina de la UNCTAD, Isabelle Durant, señaló que «la UE podría considerar la posibilidad de utilizar parte de los ingresos generados por el CBAM para acelerar la difusión y adopción de tecnologías de producción más limpia en los países en desarrollo«.
«Esto será beneficioso para hacer más sustentable la economía y fomentar un sistema comercial más inclusivo», expresó.
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