La División Regional de Integración y Comercio (RITD) de la Comisión Económica para África (CEPA) publicó un informe titulado «Facilitación del comercio transfronterizo mediante una respuesta africana coordinada al COVID-19″. El documento proporciona una evaluación crítica de las restricciones y regulaciones fronterizas existentes, con el fin de brindar orientación sobre cómo lograr un equilibrio adecuado entre frenar la propagación a largo plazo del virus y facilitar el comercio esencial y de emergencia.
Stephen Karingi, Director de RITD señaló que el COVID-19 puede convertirse en la «nueva normalidad» durante algún tiempo, lo que obligará a los gobiernos africanos a adaptarse e innovar para facilitar nuevas formas «seguras» de realizar intercambio fronterizo. Mantener los flujos comerciales tanto como sea posible durante la pandemia será crucial para brindar acceso a alimentos y artículos médicos esenciales y para limitar los impactos negativos en el empleo y la pobreza.
Tras el brote de COVID-19, casi todos los países africanos han impuesto varios grados de restricciones al movimiento transfronterizo de mercancías y personas, incluida la suspensión de vuelos internacionales, los requisitos de cuarentena para los entrantes y el cierre de fronteras terrestres y marítimas. Bajo un conjunto de regulaciones estrictas, estos cierres tienen como objetivo reducir el movimiento de personas al tiempo que permiten exenciones para el movimiento de suministros de carga de emergencia y esenciales. Dichas regulaciones generalmente cubren las pruebas obligatorias, la desinfección de los camiones, la limitación del número de miembros de la tripulación y la designación de áreas de descanso de tránsito. Estas restricciones y regulaciones han ayudado en la batalla del COVID-19 en el continente, pero también han tenido impactos negativos en el comercio transfronterizo y la actividad económica. Esto corre el riesgo de obstaculizar el progreso del continente hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos en la Agenda 2030 y las aspiraciones de la Agenda 2063.
A la luz de estos desafíos, es crucial que los países africanos cooperen para armonizar las regulaciones fronterizas de COVID-19 con el fin de reducir las demoras, sin socavar la seguridad del comercio. Con ese fin, el informe propone una implementación rápida de las directrices COVID-19 de la Comunidad Económica Regional (REC) existentes, incluso mediante el establecimiento de comités de coordinación regionales con la tarea principal de abordar los problemas operativos en las fronteras nacionales.
Además, estos esfuerzos regionales también deben coordinarse a nivel continental a través de la Unión Africana (UA). Se necesita un Protocolo COVID-19 común sobre comercio y transporte dada la superposición en la membresía de las CER y los objetivos compartidos de facilitación del comercio de la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA). Al desarrollar un protocolo de este tipo, se deben tener en cuenta las experiencias y las mejores prácticas de las CER. También se requerirá un certificado de prueba COVID-19 común de la Unión Africana para conductores de camiones y miembros de la tripulación para facilitar el movimiento del personal esencial a través de las fronteras con la menor interferencia posible.
En algunos casos, las nuevas regulaciones fronterizas del COVID-19 y las preocupaciones sobre la transmisión transfronteriza del virus han provocado enfrentamientos entre los camioneros y las autoridades fronterizas, e incluso disputas que han requerido la intervención diplomática. En medio de la pandemia, las economías africanas no deben permitir que COVID-19 socave la integración regional y deben mantener el impulso y la ambición del proceso AfCFTA. El histórico Acuerdo ofrece una herramienta para acelerar la recuperación económica al tiempo que protege a África contra futuras conmociones globales adversas. A medida que los Estados Partes del AfCFTA finalizan las ofertas arancelarias y se preparan para comenzar a comerciar, los países africanos ya pueden comenzar a priorizar la implementación de elementos del Acuerdo que están completos y ‘listos para funcionar’, incluido el mecanismo de barreras no arancelarias y los anexos sobre comercio, facilitación y cooperación aduanera.
No se debe pasar por alto el papel de las soluciones digitales en la lucha contra la propagación del COVID-19 a lo largo de los corredores comerciales. El rastreo de contratos a través de sistemas electrónicos de rastreo de carga, firmas y documentos electrónicos, y el uso de banca móvil y sistemas de pago, pueden ayudar a respaldar el comercio seguro y eficiente. A este respecto, las próximas negociaciones del AfCFTA sobre comercio electrónico deberían utilizarse para acelerar la digitalización de procedimientos y sistemas, de modo que los exportadores africanos corran menos riesgo de perder acceso a los mercados en crisis futuras.
La principal conclusión del informe es que al magnificar las ineficiencias transfronterizas de África, la pandemia presenta una oportunidad para revitalizar los esfuerzos encaminados a superar los desafíos de facilitación del comercio de larga data. COVID-19 ha aumentado la urgencia de mejorar y encontrar soluciones innovadoras para facilitar el comercio transfronterizo seguro y eficiente. Será importante para África mantener y actualizar estas soluciones después de COVID-19, para reducir los costos comerciales, impulsar la competitividad y respaldar un comercio transfronterizo más resistente frente a futuras crisis.
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