El 10 de diciembre del 2015, el Presidente Mauricio Macri cuando comenzó su mandato se enfrentó a una de las batallas más difíciles que tuvo la Argentina: crisis social, cultural, política y económica.
El presidente tenía la misión compleja de bajar el déficit fiscal, sin poder subir los impuestos en un gobierno no peronista. ¿Qué significaba ésto? Bajar el gasto público, significaba, reducir el empleo público, actualizar las tarifas energéticas y de transporte, además, eliminar ciertos subsidios sociales. Todas medidas que implicaban un impacto al bolsillo de la sociedad y provocarían efectos negativos a la imagen del presidente, lo cual no favorecería en un país donde abundan sindicatos históricos y oposición oportunista.
El problema del déficit fiscal se podría haber solucionado de manera más rápida si se habrían subido los impuestos, pero la famosa “bomba” que se heredó, complicaba. ¿Cuál era esa “bomba”?; la herencia consistía en tener récord en carga tributaria, una de las más altas del mundo e insuficiente para cubrir el gasto público. Esto significa que la Argentina no sufre un problema de recaudación, sufre un problema de gasto.
Una alta carga tributaria provoca que haya menos inversión y crecimiento, por lo cual, el presidente Macri en cada oportunidad que tiene, reconoce que hay que bajar los impuestos; pero el problema con el que se enfrenta es ¿cómo solventar o bajar el alto gasto publico que tenemos, sabiendo que además, hay que bajar los impuestos?
El gobierno es consciente que tiene que bajar el gasto público, pero sabe que no alcanza reducirlo solamente con la recaudación, sino que tiene que bajarlo más a fin de disminuir la alta carga tributaria existente a los efectos de crecer en términos de competitividad económica.
Esta tarea del gobierno es difícil hacerla tanto en una empresa privada como en cualquier país y sin ningún lugar a dudas, es mucho más complicado realizarla en la Argentina.
Con anterioridad a que asunción de Macri, la sociedad argentina, motivada por los medios de comunicación y el oportunismo de la oposición, aceptaron que el futuro gobierno privilegie el tecnicismo antes que la política
¿El tecnicismo puede alinearse con la política?
Debemos resaltar que “tecnicismo” hace referencia a aspectos técnicos, asociados a los conocimientos aplicados y al método científico. A partir del análisis etimológico del término, tecnicismo proviene del latín “technicus” y del griego “technikós” que significa técnica o arte, y el sufijo “ismo” que significa sistema o doctrina. Consecuentemente, “tecnicismos” es un vocablo que se refiere a una doctrina del arte donde el arte requiere de una técnica en particular para su perfecta ejecución y resultados
Al comenzar la presidencia, el Ingeniero Mauricio Macri dio muestras del rumbo del país hacia el objetivo de convertirse en una nación estable y de continuo crecimiento. Para eso, fue necesario priorizar el tecnicismo sobre la política.
La mirada de las siguientes primeras decisiones así lo muestra:
- Dio cumplimiento a las obligaciones, honrando las deudasy dando ante el mundo señales para obtener la credibilidaddelmercado externo.
- Liberó el dólar que estaba atado a un cepo cambiario y restringido políticamente.
- Dejó sin efecto las retenciones en exportación, traba fundamental para el crecimiento de las ventas al exterior de toda nación.
- Procuró la apertura del comercio exterior, dejando sin efecto restricciones innecesarias a las importaciones de insumos y bienes.
El inoportuno temor de la gobernabilidad
Aquello que parecía estar encaminado en el “tecnicismo” en pos del crecimiento de la nación, encontró un movimiento invasivo sustentado en críticas desde la oposición y algunos medios de comunicación, que pretendían generar temor en la sociedad sobre este tipo de mecanismo y sus consecuencias de ajuste shock sin sensibilidad social.
Las redes sociales exteriorizaron frases como, “nos gobiernan todos CEOS”; “nos manejan a través de una hoja de Excel”; “no saben de política”, etc. En la propia Balcarce, comenzaron a prestar atención al ruido generado y sin olvidarse del fantasma que nos habita a todos los argentinos; aquel antecedente, que “el último gobierno no peronista en terminar su mandato fue Marcelo Torcuato de Alvear – 1922 a 1928 -”.
Ante ello, parece que el “círculo rojo” de Cambiemos se despegó del tecnicismo que el Macri estaba decidido a aplicar; la “mesa chica” provocó el abandono del camino optado, imponiendo la decisión de alejarse de aquel tecnicismo para volcarse a la política como herramienta prioritaria.
Si bien la política es importante, el tecnicismo es necesario ante los objetivos de procurar el desarrollo de una país que durante décadas no creció por la priorización de la política sobre la técnica. (La política es el juego a corto plazo donde se busca la defensa antes que el ataque y tiene como objetivo el prevenir o el tapar algún acto que pueda traer un conflicto de gobernabilidad) La política es importante pero el tecnicismo es necesario.
Sin tecnicismo y mucha política se crea el populismo. La nueva modalidad utilizada por el gobierno para alejar dicho fantasma y mantener su gobernabilidad consistió en financiar ante reclamos mediáticos.
Uno de los puntos donde se optó por la política antes que el tecnicismo fueron los siguienets:
- Incentivar el consumo para lograr un hipotético crecimiento económico para poder lograr recaudar más a fin de terminar con el déficit.
- Reducir las tasas de interés, permitiendo un “poco” más de inflación para más consumo y evitar el costo del “ajuste”.
- Introducir el impuesto a la renta financiera, tan reclamado por los medios de comunicación. Este exceso de política, lo imposibilitaron en la reducción del gasto publico.
El exceso de política, también lo conducen a no bajar ese gasto necesario.
Efectos del “gradualismo” y el “shock técnico”
Lamentablemente, el esquema del gobierno en implementar un proyecto alineado al tecnicismo por encima de la política, estuvo afectado por temores que arribaron al seno de la “mesa chica” del presidente y el gobierno comenzó a escuchar los ecos de una política antes que aplicar el tecnicismo, dando lugar a la apertura del “gradualismo” y cerrando las puertas al necesario “shock técnico».
Parece desconocerse que “el gradualismo” conlleva a que la sociedad reciba “golpes” varios durante mucho tiempo. Generando “desprotección”; “desgaste”; “inseguridad jurídica” y “reduciendo confianza en los mercados”. Si bien “el shock técnico” también podría resultar un golpe sentido por la sociedad, sería una vez y no sería crónico. Entre ambas posibilidades, puede considerarse que los argentinos al dar el voto a este gobierno, sabían que el cambio no sería fácil y en ese sentido, los votantes estaban dispuesto al “shock técnico” para procurar el renacer tan buscado.
El gradualismo implementado implica una tardanza en solucionar vicios que devienen en escala desde antes e impiden el real crecimiento sostenido. En cualquier esquema, gradual o en shock, la población que estuvo acostumbrada a gastar más que sus ingresos, protestará frente a todas las acciones necesarias para un cambio. Por el contrario, quienes advirtieron la necesidad del mismo, se avendrán a soportar el doloroso paso de una “Argentina que gasta irresponsablemente” a una “Argentina responsable y moderada”, en definitiva de una “Argentina populista” a una “Argentina próspera”.
Para finalizar, se resalta que,en las dos modalidades de ajuste, existirá un conflicto social, la diferencia estará en que de producirse un conflicto con el shock, el problema estaría resuelto. Mientras, en el gradualismo, faltarían asuntos a resolver como déficit fiscal y carga tributaria récord.
El gobierno más técnico que asumió en los último 50 años no supo desconocer los ecos de la política y en forma paradójica, el gobierno de los CEO que abraza el tecnicismo, se alejó de éste para ir a la política sin darse cuenta que la propia política, por el abandono del tecnicismo, le podría jugar una mala partida.
Por: Felipe Coronel de la Torre
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