El gran problema que tenemos los argentinos es reconocer diversos problemas sin distinguir el problema principal. Discutimos sobre inflación, endeudamiento, déficit comercial sin comprender que son anomalías provenientes del inconveniente principal que vivimos hace más de setenta años como es el déficit fiscal.
El déficit comercial es producto del poco nivel de exportaciones que tenemos y ésto se debe a la baja o casi nula liquidación del sector agropecuario.
La pregunta siguiente es: ¿por qué no liquidan el campo?
Para responder el interrogante, habría que comprender algo básico que se nos está haciendo más complejo de lo que debería ser. Toda persona sigue sus intereses. Todo ser humano es de carácter natural egoísta e individualista
Estas características son inmodificables. En consecuencia, el ser humano actúa según su conveniencia.
A partir de ello, podemos comprender que si a los exportadores no les conviene vender en este momento, no lo harán. Esa situación conduce al problema de la no liquidación.
Si el dólar está un nivel bajo a lo que suponen que debería estar o porque tienen la expectativa de que algún momento subirá, no liquidarán hasta que suceda el alza.
El atraso cambiario se produce por elevado endeudamiento que está tomando el Gobierno argentino. La gran cantidad de ingreso de divisas, por causa del endeudamiento, hace que el precio del dólar se mantenga bajo.
El gasto público que no alcanza a cubrirse con nuestros ingresos, se cubre con deuda, generando el atraso cambiario Esta es la razón de la escasa liquidación del país. Los exportadores tienen expectativa de una suba del dólar y/o su precio, por ende, mientras, no sea rentable hoy para vender sus productos con el atraso cambiario.
Además, la Argentina sufre de otros impedimentos que juegan en contra de los exportadores como la sequia, las retenciones a la soja siguen siendo altas y el bajo precio a nivel internacional de los commodities.
En la última década, el país vivió record histórico de los commodities, lo cual fue una buena justificación para las retenciones, pero hoy el precio de las materias primas se desplomó y parece incomprensible sostenerlas a la soja.
La razón por la cual el Gobierno no pudo cumplir con su promesa de bajar el 5% de las retenciones a la soja, fue generada por el elevado déficit fiscal.
Por lo tanto, el campo sufre tanto las retenciones altas como los commodities bajos. Otra razón por la cual perdemos competitividad.
Los defensores de los exportadores piden una devaluación, ésta demanda podría solucionar "momentáneamente" el problema del atraso cambiario. Si bien, sería un incentivo a los exportadores para liquidar dovisas , no sería una solución sostenible ni sustentable. La Argentina es experta en solucionar sus problemas con medidas a corto plazo. Una de ellas de corto plazo es la clásica devaluación sin frenar la inflación. La inflación es un mal dinámico ascendente que si no se detiene, tarde o temprano, alcanzará a cualquier devaluación. Por este motivo, no se encuentra sentido depreciar la moneda. Cuando la inflación alcance a la devaluación, se va a volver a pedir otra devaluación . Seguiremos así en más, sin solucionar la cuestión de fondo.
La única manera para mejorar el déficit comercial, es terminar con el déficit fiscal, así el dólar puede estar libre sin condicionamiento al endeudamiento.
Para concluir, mientras el Gobierno continúe ampliando deuda, seguirá existiendo especulación por parte del agro y el déficit comercial no desaparecerá en el país.
Autor: Felipe Coronel de la Torre ([email protected])
Aduana News es el primer periódico argentino de aduanas en lanzar su versión digital. Con 20 años de experiencia, sus publicaciones e iniciativas apuntan a facilitar el conocimiento más relevante de las cuestiones aduaneras a fin de contribuir con el comercio seguro en la región.