Con el objetivo de que el comercio exterior de Argentina recupere su protagonismo, el Gobierno Con el objetivo de que el comercio exterior de la Argentina recupere su protagonismo y de revertir la crisis que atraviesa el transporte fluvial y marítimo, el Gobierno Nacional aprobó un Régimen de Excepción para la Marina Mercante Nacional, mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 340/2025.
La medida contempla la desregulación del mercado de cabotaje marítimo y fluvial, e introduce reformas profundas en el sistema de transporte acuático, especialmente en la Hidrovía Paraná-Paraguay, para optimizar costos logísticos, modernizar el régimen vigente y garantizar la continuidad del servicio como actividad esencial.
Según lo expresado en los considerandos del decreto, “la reforma normativa propuesta por la presente medida para adaptar el sector naval argentino a los estándares de competitividad global e integrarlo de manera más eficiente al comercio internacional resulta indispensable para sanear la situación de crisis actual en la que se encuentra la Marina Mercante Nacional”. En ese sentido, el Ejecutivo advierte que persisten regímenes que “por excesivos o insuficientes obstruyen el tráfico marítimo comercial y derivan en un incremento de costos significativos en ese sector”, generando un contexto en el que “la Marina Mercante Nacional corre el riesgo cierto de desaparecer”.
En línea con lo señalado, se declaró como “servicio esencial” a la navegación por agua marítima y/o fluvial destinada al transporte comercial de personas, de mercaderías, de carga, servicios conexos y operaciones costa afuera (offshore), a través de los distintos medios que se utilicen para tal fin.
DNU 340/2025
Desde una mirada téctica, los autores del Manual de Aduanas destacan que, este régimen excepcional “no solo busca aliviar la crisis de la marina mercante, sino también revitalizar el potencial de la Hidrovía Paraná-Paraguay, un eje logístico fundamental para las exportaciones agroindustriales y el desarrollo económico de las economías regionales”.
Los principales puntos son:
- Desregulación normativa: Se eliminan restricciones y se simplifican normas para bajar costos y trabas burocráticas.
- Apertura al pabellón extranjero: Buques y barcazas extranjeras —por ejemplo, de bandera paraguaya ??— podrán operar con matrícula nacional, promoviendo mayor competencia.
- Flexibilidad en tripulaciones: Se permite mayor libertad en la contratación de personal embarcado, bajo control de Prefectura Naval Argentina (PNA).
- Extensión de cabotaje para buques internacionales: Podrán realizar transporte entre puertos argentinos por mayor plazo, impulsando el movimiento interno, como el abastecimiento desde y hacia Tierra del Fuego.
- Trámites más ágiles: Se agiliza la inscripción y baja de buques, y se eliminan límites para talleres navales y de reparación.
- Servicio esencial: Como actividad crítica, su regulación deberá garantizar continuidad aún ante conflictos.
Además, el DNU precisa: “Con este régimen, el Gobierno busca también fomentar la integración regional en las cuencas de los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay, promover el desarrollo sostenible de la flota mercante nacional, incrementar su participación en los fletes nacionales e internacionales, y generar empleo estable para trabajadores argentinos. Todo ello, sin descuidar la seguridad operacional, la continuidad laboral ni el cumplimiento de las normas vigentes”.
Cabe precisar que la Marina Mercante Nacional está integrada por buques de transporte sin armamento al servicio de la República Argentina, destinados a actividades económicas vinculadas al traslado de productos o pasajeros entre puertos marítimos, fluviales y lacustres. El fortalecimiento de una marina mercante de bandera argentina no solo impulsa la logística nacional, sino que también contribuye a recomponer en parte la balanza comercial.